
Por tanto, querer seguir tapando este incremento tan grotesco con la argumentación de que “se diagnóstica más” es absolutamente ridículo. Se diagnostica más porque realmente hay más.
Otro dato que evidencia la incorrección de esta apreciación, es que cada vez son requeridos más centros especializados en educación o atención para niños con problemas del neurodesarrollo, la situación actual es de desborde de los centros existentes, a parte que debemos tener en cuenta que la tasa de crecimiento de la población de los países del primer mundo es prácticamente cero, es decir, sabemos que cada vez la población es más anciana porque hay menos niños, consecuentemente, los índices de crecimiento de centros especializados no obedecen en absoluto a un aumento de la población infantil, sino a un aumento de la necesidad.
Ahora vamos a dar algunos números sencillos de entender para casi todo el mundo:
Según los datos de los CDC americanos, en la década de los 70 la prevalencia del TEA se estimaba en un caso por cada cinco mil habitantes (1/5000), a mediados de los 80 en 1/2500, a mediados de los 90 en 1/200, a principios de los 2000 teníamos 1/166 y en base a la último estudio realizado en abril de 2018 encontramos 1/59 (es decir, que de cada 59 niños uno es autista), creo que los números hablan por sí solos.
En poco menos de dos décadas ha habido un incremento próximo al 300%
En España no existen medios suficientemente fiables para determinar la prevalencia, y en general en Europa cuesta mucho encontrar datos fiables y rigurosos sobre esta cuestión, y prácticamente todo el mundo va orientándose en este terreno sobre los resultados obtenidos por los americanos.